Breves notas históricas

El origen del santuario mariano de Santa María la Blanca en Ruidera, entonces término de Alhambra, se puede fijar en los primeros años de la reconquista, e incluso en tradiciones muy antiguas, correspondientes a épocas anteriores a la dominación musulmana; aunque en fuentes del siglo XIII encontramos algunas menciones, es en las de los siglos XV y XVI donde aparecen reseñadas más claramente, refiriéndose entonces a su gran antigüedad;

se recoge en los libros de visita de la Orden de Santiago como una iglesia  llamada “Santa María de Ruydera”; y en las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1575 [5] … una ermita que dicen de Nuestra Señora La Blanca que es ermita muy antigua… situada a orillas de la laguna del Rey, de buenas paredes de cal y canto, con cubierta de teja y madera… servía para atender las necesidades espirituales de los trabajadores del antiguo heredamiento santiaguista.

En  respuesta a los capítulos [6] y relación de los hechos por las personas nombradas por el concejo de la villa de Alhambra en 1575, Pero Antón de Salazar y Domingo de Mezquita dijeron lo siguiente con referencia a la ermita de Ruidera:

En el Capítulo 51, se responde que en esta villa de Alhambra,

«…otra ermita de Nuestra Señora la Blanca que está en el heredamiento de Ruidera, tres leguas de esta villa…»

En el Capítulo 52,

«en esta villa se guardan y huelgan demás de los que la Santa Iglesia tiene por fuerza…devoción y voto (guarda) las siguientes… Y el día de la Cruz de mayo se guarda y se va en procesión de Nuestra Señora de la Blanca por devoción del agua, y se le guarda vigilia.»

Posteriormente …e cuando en el año 1784, el Heredamiento de Ruidera, que dependía de Alhambra, fue inventariado y valorado para pasar a depender del Priorato de San Juan, quedó escrito:

«La laguna del Rey con su Muralla, su caz fabricado en 1779 y puente en el vado antiguo; el prado que hay desde la laguna a los molinos, que es descansadero de ganados, en el mismo está una ermita de Nuestra Señora de la Blanca con su imagen de bulto …»

Es creencia generalizada, que por el año 1545 hubo una inundación que acabó arrasando la ermita y esto obligó a trasladarla al lugar llamado «El cerro de la ermita». Desde allí, la imagen se trasladó al pueblo, a lo que vulgarmente se le llama «La Placeta».

Virgen Blanca, 1972 [7]

La ermita fue arrasada en 1936 y en el año 1952, el 2 de abril, D. Emeterio Echevarría Barrena, Obispo Prior de las Ordenes Militares, bendijo y puso la primera piedra del nuevo templo de Ruidera, en donde será venerada la imagen de Nuestra Señora de la Blanca. Se encuentra en la travesía de Ruidera, carretera que nos conduce a Ossa de Montiel.

Su fiesta se celebra el 15 de agosto. Actualmente la virgen está vestida cuidando de ella una camarera.

Aspectos materiales, estilísticos y descripción iconográfica

En la iconografía cristiana la representación de la Virgen María tiene una importancia fundamental.

Surge ya su representación en los primeros tiempos del cristianismo, según vemos en el cementerio de Priscila de mediados del s. III sentada como matrona del Niño en su regazo, pero no será hasta el periodo comprendido entre los s. V al X cuando se fijen los tipos iconográficos fundamentales. El hecho de que la figura sea “de bulto”, es importante a la hora de proyectar las emociones religiosas.

Los modelos iconográficos llegan a Occidente desde Bizancio y una de las más difundidas es la presentación de María sentada como trono del Niño, sentado sobre sus rodillas totalmente de espaldas a ella. Esta representación se atribuye, como tantos otros, a un modelo pintado por San Lucas y pasa a Occidente, en la época románica conocida con el nombre de Majestas o Virgen Majestad que además suele ofrecer la variante de llevar una corona como reina.

Ya entrando en el periodo Gótico, los temas marianos o escenas de la Virgen adquieren pleno protagonismo. Se rompen algunos iconos del período románico, tales como el hieratismo y la frontalidad de las figuras, dando paso a un progresivo naturalismo. La expresividad cambia, las figuras se hacen más humanas y reflejan sentimientos a los fines de adecuarla a una nueva mentalidad acordes con los conceptos filosóficos de hombre y naturaleza.

Así la representación de la Virgen María, ya no se reproduce como un trono donde se sienta Cristo a gobernar, sino que aparece más maternal y femenina. La Virgen se esculpe sobre todo con el Niño. Se la representa como madre, bella, idealizada. Muestra una gran humanización el hieratismo geométrico de la figura escultórica románica que induce una percepción atemporal y simbólica deja paso a un progesivo naturalismo donde se busca la belleza formal.

La Virgen sostiene al Niño en su brazo izquierdo al mismo tiempo que mira al espectador. Con la mano derecha podía señalar al Niño (señalando al espectador el camino de la salvación y de la vida) o podía ofrecer una flor o fruto como alegoría de la nueva Eva. Suele presentar un aire más dulcificado por la sonrisa de la Madre y hay una mayor búsqueda de belleza sentimental.

La antiquísima y bella imagen de Nuestra Señora Santa María de La Blanca correspondería iconográfica y estéticamente con la tipología de Virgen románico-gótica, con rasgos más característicos del periodo gótico, según los modelos iconográficos que llegaban a Occidente desde Bizancio aproximadamente entre los s. XII al XIV.

Talla de Nuestra Señora de la Blanca en el año 1972
Virgen Blanca, 1972 [8]

Descripción de la Comisión Provincial de Monumenteos, 1972

Según la descripción que se detalla por la Comisión Provincial de Monumentos. Inventario Artístico y Arqueológico de la  Provincia de Ciudad Real en 1972 y firmada por el Académico Correspondiente de San Fernando, Don José Antonio García-Noblejas, en Manzanares.

 Nuestra Señora Santa María de La Blanca es una Virgen sedente, del siglo XV, es talla en madera de una sola pieza, altura total 61 cm; id. el trono 27 cm, id de la cabeza 14 cm; perímetro del pedestal 47 cm. La parte trasera, salvo la cabeza, es completamente hueca.

Los dos brazos y la parte inferior del cuerpo aparecen cortados con sierra al objeto de vestir la imagen. Los cortes de los brazos no son simétricos, quedando  el izquierdo un poco vertical, como si hubiera tenido el Niño en ese lado.

El trono consta de dos partes laterales y pedestal inferior. La cabeza y cuello aparecen retocados recientemente.

La pintura del tronco y trono permiten ver un vestido rojo que llega hasta el pedestal y un manto azul que lo recubre y oro en la parte superior del vestido. En el lado derecho parece el oro repintado de azul ofreciendo aspecto verdoso. El pedestal está formado por molduras marrones y doradas alternantes.

En esos momentos la imagen se encuentra vestida y cuidando de ella una Camarera. Se anota también, como una observación importante, que el ambiente general de la población  es partidario de conservar la imagen vestida en su estado actual.

Se encuentra ubicada en el Presbiterio de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de La Blanca de Ruidera.

Nuestra Señora de la Blanca
Virgen Blanca vestida, hacia 1980

Listado de bienes de la Iglesia, 2010

Posteriormente, en el Listado de Bienes de la Iglesia del 2 de julio de 2010, se recoge con los datos siguientes:

Tipo de Bien: Bien Principal. Número de inventario: 30322.
Escultura de bulto redondo representando a Nuestra Señora de la Blanca. Corresponde a una imagen de vestir, función que adquiere a partir del siglo XVIII, y que parte de una talla de marcado carácter medieval correspondiente a la tipología de virgen trono.

Virgen sedente sobre peana poligonal sentada sobre trono. El tronco ha sido rebajado para adaptar al Niño entre sus brazos y estos han sido añadidos en época relativamente reciente. Posee un rostro muy oval con boca cerrada, nariz recta y ojos almendrados. Tras un primer examen de conjunto apreciamos que la parte original de la pieza corresponde a peana, trono y vestiduras de la rodilla para abajo.

Los brazos en ángulo recto sostienen al Hijo, quedando el derecho más alto que el contrario. El rostro se encuentra «embadurnado» de pintura por lo que nos es difícil apreciar los rasgos originales que presentaba esta pieza en el rostro. El reverso está cubierto por una tela clavada con clavos a la espalda.

Se podría datar entre los siglos XIV-XV, pero se insiste que aunque hasta que no se realice una buena restauración y se elimine la capa de pintura externa no se podrá delimitar su cronología.

Indudablemente la obra ha sufrido grandes y desafortunadas intervenciones a lo largo de su vida aconsejándose, de nuevo, en esos momentos, una pronta y adecuada restauración por personal cualificado para devolverle la dignidad propia para seguir siendo venerada.

Nuestra Señora de la Blanca
Virgen Blanca en la actualidad

Restauración de la talla, 2010

La restauración de la valiosa talla medieval, impulsada por la población y respaldada por el párroco de Nuestra Señora de la Blanca, don Ricardo Magro Moreno, fue llevada a cabo por Raquel Racionero Núñez Conservadora y Restauradora de Obras de Arte.

En ella observó… daños tanto en volumen como en relación a las capas policromas, mostrando afecciones de carácter biológico, y físico-mecánicos.

Según sus palabras, …Son importantes los faltantes volumétricos de la imagen que la definirían, entre ellos la talla del Niño que la Virgen presentaría de manera frontal, explica Racionero Núñez. La talla corresponde a una imagen de vestir, función que adquiere a partir del siglo XVIII, y que parte de una talla de marcado carácter medieval correspondiente a la tipología de virgen trono.

Para comenzar las labores de restauración ha sido necesario realizar un estudio radiográfico para ver su interior y verificar hasta dónde había dañado la madera el ataque biológico (ataque de xilófagos), qué uniones tiene la talla y qué partes se habían añadido al original. Este estudio ha permitido comprobar que los originales brazos de la Virgen -actualmente perdidos- eran rectos y apreciar los restos de policromía original bajo los nuevos repintes realizados en época moderna concretamente en la cara y parte superior de la talla.

Original es toda la estructura de la imagen y destaca el estado óptimo que presentan la base y la caída de los pliegues de la túnica y manto que conservan colores propios de la paleta tonal medieval con tonos planos que van de los verdes y azules hasta los rojos vivos.

Además de posibilitar la consolidación la pieza, cuyo mal estado hacía peligrar su conservación, la restauración va a consistir en devolver a la talla la función de imagen sedente medieval -como era originalmente-, sin perder la función que tiene actualmente de imagen de vestir, ya que se la cubre con corona, ricas vestiduras y alhajas.

Así, se van a eliminar los añadidos recientes que desvirtúan la pieza en su conjunto, para reponer los faltantes en función de la lectura armónica de la estructura original. Se va a llevar a cabo mediante un volumen de madera de poco peso y estable, en el que aparecerán simuladas las partes faltantes -los brazos y el Niño-, fijado a la estructura con pequeños imanes, de manera que podrá quitarse este añadido, sin invadir la pieza original, cuando se considere oportuno para vestir la imagen.

A nivel pictórico, tanto la cara como la parte superior del busto “se encuentran enmascaradas por una capa de policromía en muy mal estado y que desvirtúa la visión estética original de la obra”. (Lanza Digital “Ruidera recupera la estética medieval original de Nuestra Señora de la Blanca”,  12 de marzo 2011 A. Ruiz).

La restauración consistió en la consolidación de toda la pieza, desmontaje y eliminación de los añadidos, reintegración del volumen y recuperación pictórica. Todo ello, basado en un estudio de piezas de características similares para favorecer una rehabilitación lo más aproximada posible a la obra original y devolver su función estética y material, ante los graves daños que ha sufrido y el riesgo de su desaparición por el mal estado que presentaba, a esta imagen medieval con elementos arcaicos estilísticos que podían hablar de un origen románico.

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Segunda parte del estudio histórico titulado «La talla de Nuestra Señora Santa María de la Blanca, patrona de Ruidera». 

Bendición 1ª piedra iglesia Ruidera, hacia 1952 [9]

Bibliografía

  • CAMPO REAL, Francisco del, “Iconografía mariana medieval en el Campo de Montiel. La Virgen de las Nieves del poblado de Torres. Montiel”, en Devoción mariana y sociedad medieval, Ciudad Real, 1988, pp. 396-397.
  • DOTOR, A. Enciclopedia Gráfica La Mancha y el Quijote. 1930. Centro de Estudios de Castilla La Mancha (UCLM).
  • GONZÁLEZ LARA, José, “Santa María, advocaciones marianas de la Provincia de Ciudad Real”. Primera edición, 1992.
  • HERVÁS Y BUENDÍA, Inocente. “Diccionario histórico geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real” Tomo I. Edición Facsímil. Biblioteca de Autores Manchegos. 2002.
  • MADRID Y MEDINA, Ángela, “Patrimonio artístico del Campo de Montiel a través de los libros de visitas de la orden de Santiago”, en Anuario jurídico y económico escurialense, 32 (1999), pp. 1047-1058.
  • SÁNCHEZ PÉREZ, José Augusto, “El culto mariano en España”, Madrid 1943. Editorial: Instituto Antonio de Nebrija, Madrid, 1943
  • RÉAU, Louis. Iconographie de l’art chrétien, II, París 1957.
  • TRENS, M. María. “Iconografía de la Virgen en el arte español”, Madrid 1946.
  • Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1930 – Enciclopedia gráfica La Mancha y el Quijote.
  • Listado de Bienes de la Iglesia Católica. Bien Principal. Número de Inventario 30322  Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
  • Comisión Provincial de Monumentos Inventario Artístico y Arqueológico de la  Provincia de Ciudad Real. 1972.
  • Raquel Racionero Núñez. Informe de Restauración 2010.  Ciudad Real.

Imagen de portada y posteriores. Talla de Nuestra Señora de la Blanca. Comisión Provincial de Monumentos. Inventario Artístico y Arqueológico de la  Provincia de Ciudad Real. 1972.
[5] Campos y Fernández de Sevilla, Francisco Javier Los Pueblos de Ciudad Real en las Relaciones Topográficas de Felipe II. Volumen I.  Op. Cit. P.73.
[6] Ibídem pp. 88-89.
[7] y [8] Talla de Nuestra Señora de la Blanca. Comisión Provincial de Monumentos. Inventario Artístico y Arqueológico de la  Provincia de Ciudad Real. 1972.
[9] JIMÉNEZ RAMÍREZ, S.
Bendición de la primera piedra, de la iglesia actual. Años 1958-63. Cavilaciones en Ruidera (2007).