En todo el valle del Alto Guadiana y las Lagunas de Ruidera han estado siempre presentes numerosas edificaciones realizadas con sillares de piedra: la fábrica de pólvora, la compuerta real o los cuatro molinos de la Mesa Maestral se nutrieron de las entrañas del yacimiento próximo.
Desde la instalación del primer molino en el medievo, y seguramente antes desde época romana, el cerro de las Canteras fue una de las industrias mineras más utilizadas de las lagunas.
En toda cantera había dos operaciones fundamentales: la extracción de la piedra de la cantera y el labrado y tallado, momento en que se daban las medidas y formas adecuadas a los bloques.