En las carboneras del Alto Guadiana se obtenía el carbón vegetal, un oficio y forma de vida tradicional que se práctico hasta bien entrado el siglo XX en todo el valle y las Lagunas de Ruidera.
Para la obtención del carbón, había que acondicionar el sitio donde se “montaría” la carbonera, que tenía que ser un espacio desprovisto de vegetación, despedregado y nivelado. Al espacio se le llamaba “Plaza” o “Era”. La base de las carboneras era circular; quedando definida al hacer girar una cuerda o tomiza, alrededor de un “puntal” o palo hincado en la tierra… El tamaño del círculo dependía de la leña que se fuera a carbonear, oscilando entre los siete y diez metros de diámetro… La madera se amontonaba junto a la “Era”, acarreada a “las costillas”, en haces o a brazadas, cuando la leña estaba próxima y por medio de parihuela y animales de tiro y carga, si se encontraba más alejada…