La creación de las encomiendas, como unidades administrativas y económicas de las Órdenes Militares, en las que se recaudaban los diezmos, provocó la necesidad de erigir edificios apropiados donde almacenar los productos fiscalizados.

Estos espacios fueron las casas de bastimento, en cuyos almacenes y bodegas se custodiaban los cereales y el vino

Al ir añadiéndoles nuevas dependencias para residencia de sus moradores y oficinas, se acabaron convirtiendo en casas de encomienda, un claro ejemplo de la arquitectura civil del momento, en la que primaban los aspectos prácticos y funcionales.

Compra de una casa

Ossa de Montiel pertenecía a la encomienda de Montiel, y debido a su baja población y escasa producción cerealística y vinícola, no se planteó la construcción de una casa de bastimento para almacenar los productos de la encomienda hasta una época tardía.

En 1526, al carecer de un espacio en el que se custodiaran los diezmos, pues “no tiene casa de bastimento”, los visitadores de la Orden de Santiago mandaron al comendador de Montiel que comprase una casa en la población para dicho fin, “que le cueste diez o doze mill maravedíes en que se recoja en pan e aun el vino porque andan cada año a buscar donde lo poner”. El mandamiento fue entregado a su alcaide, ante la ausencia del comendador, dándole de plazo para realizar la compra hasta el día de San Juan de 1527 (1).

El mandato fue cumplido, se compró una casa que se tuvo que reformar para adaptarla a sus funciones. Se pagaron 1.768 maravedíes a Andrés García por limpiarla y un ducado a un vecino lindero con ella “por una parte de un corral que se le tomo para meter en la dicha casa de la horden”. Tras ello invirtieron 9.784 maravedíes en cercar el corral con una altura de dos tapias sobre el cimiento, y otros 800 en bardarlo, también se pagaron 3.607 maravedíes por tres puertas que se compraron para la “casa de la encomienda e bastimento”. Finalmente, se gastaron 90.000 en “hazer dos quartos nuevos que hizieron en la casa de la Ossa y reparar los otros dos quartos viejos de la casa”.

Cuando llegaron los visitadores de la Orden de Santiago en 1536, reconocieron el edificio y las obras, así como las condiciones en las que fueron rematadas, observando que faltaban por hacer tres puertas, para la bodega, la caballeriza y una cuadra alta. Asimismo en el cuarto alto, debido al mal estado que presentaban parte de los cabrios de la armadura, pidieron el “parescer de maestros”, y ordenaron que se pusieran unos tirantes travesados “que vayan arrostados desde las vigas del armadura (2)”.

Primera descripción de 1550

La primera descripción del edificio es de 1550. Al entrar en la casa había un patio, y a mano derecha un cuarto, cuya parte alta se utilizaba como granero, contando al fondo con una sala con chimenea, la cual se encontraba en mal estado pues se había “començado a caer”. Al granero se accedía desde el patio por una escalera de piedra. En la parte baja había dos piezas, utilizándose la primera como bodega y jaraíz contando con una cueva, y la segunda, que era nueva, tenía otra escalera por la que se llegaba directamente a la sala de la chimenea.

En el lado de la izquierda había un portal, seguido de una cocina con su chimenea y un dormitorio al fondo. Luego se hallaba otro palacio (habitación) con una recámara, que era utilizada como granero donde se almacenaba trigo y un poco de cebada. Más adelante había una puerta y una escalera por la que se accedía a la parte superior de la habitación que estaba encamarada y a otras dos piezas, hallándose la segunda llena de estiércol. Al fondo había una caballeriza, cuya parte superior se utilizaba como pajar. Desde la caballeriza se podía acceder a la puerta principal de la casa a través de una puerta de salida.

Los visitadores no pudieron inspeccionar el granero, la bodega y la cueva, al estar cerrados y no tener la llave la persona que se encontraba en ese momento en la casa. En el resto del edificio mandaron realizar algunas mejoras: limpiar y sacar el estiércol de la habitación situada al fondo, sacar la tierra acumulada en la caballeriza y acondicionarla, arreglar el cañón de la chimenea del cuarto del granero, quitar las piedras que había sobre el horno, y hacer un caballete y un tirante en la puerta de la caballeriza (3).

Lindando al sur con las Casas Consistoriales

En 1610, al reconocerla el visitador Francisco de Vargas, encontró que un cuarto estaba “descubierto”, por lo que ordenó a Francisco del Amo, administrador de la encomienda que “faga adereçar e cubrir el quarto (4)”.

A mediados del siglo XVIII, se especifica su ubicación y tamaño: estaba situada en la calle Encomienda, lindado al sur con las Casas Consistoriales, al norte con una casa de la capellanía de Juan Francisco Peralta y a levante con corrales de Diego Cano y Alonso León

Su tamaño era de 62 varas de frente y 46 de fondo, incluidos el patio y corral. Contaba con una habitación de cuarto principal, ático con cocina y salas, cuarto bajo con caballeriza, granero, cochera, pozo y dos corrales, siendo utilizada “para la recolección y guarda de sus frutos y rentas y vivienda del administrador”. Los diezmos, en esos momentos, ascendían a 400 fanegas de trigo, 133 de centeno y 108 de cebada, mientras que de las primicias se obtenían 23 fanegas de trigo, 19 de centeno y 14 de cebada (5).

La casa de bastimento en 1749

En 1749 se realizó una descripción más minuciosa del edificio. En la entrada y encima de una piedra de sillería estaba el escudo de la Orden de Santiago junto a dos portones y su puerta postigo con cerradura y picaporte. En su interior había un patio empedrado, con un aljibe dotado de brocal de argamasa y ladrillo rematado de piedra de sillería. En el patio se encontraban tres columnas de piedra de sillería, de unas cuatro varas de alto con sus pilastras del mismo material. La primera estaba rematada por un escudo con dos castillos y unas fajas, la de en medio con el escudo de la Orden de Santiago y la última con otro que no se distinguía. Al patio daban dos balcones de madera y el corredor principal de la casa.

En el patio, a mano izquierda, había una cocina con su hogar, una ventana pequeña y la puerta de entrada, y debajo de los corredores otro cuarto que era una alcoba con dos ventanas. A este le seguía otra estancia que servía de pajar y a continuación una cuadra con su pesebre. Después se hallaba otra cuadra que comprendía la fachada situada frente a la puerta principal, con una pesebrera que cubría toda su longitud y dos puertas, una que daba al patio y otra que salía a uno de los corrales de la casa.

En el lado derecho del patio, el jaraíz se había transformado en cochera desde la que se accedía a una cueva por una puerta de trampilla en el suelo. La cochera tenía tres puertas, una que daba al patio, otra a la calle por donde se encerraban los coches y la tercera que salía a uno de los corrales. A continuación se encontraban dos estancias, la primera servía de cuadra con tres pesebres y la segunda tenía la función de cuadra y pajar, con dos pesebres corrientes y dos medias puertas.

A la entrada y por la parte derecha del patio a través de una escalera de cal y canto con once escalones, se accedía a un cuarto principal destinado a granero, que tenía su puerta con cerradura, y una ventana que salía a la calle con aldaba y rejilla de hierro. En el granero se ubicaba un troje pequeño, a la derecha de la escalera, desde el que se accedía a otro cuarto. Subiendo por la citada escalera había un cuarto pequeño con dos puertas, una de ellas con cerrojillo y ventana. Luego estaba otra pieza cuadrada y una sala encima de la cuadra grande, frente a la puerta principal, con tres ventanas, dos con aldabas de hierro y la tercera con un cerrojillo.

Continuando por el corredor había cinco salas, con ventanas, de las que unas daban al corredor y otras a los corrales. Dos de estas salas tenían sendas chimeneas francesas y buenas puertas, una de estas salas comunicaba con un corredor abierto y otro cerrado, bien pintados los dos, que daban al mediodía. Al final del corredor abierto había una alacena con su puerta, y una escalera desde la que se bajaba al patio con dieciocho escalones de madera y yeso, dividida en dos tramos. De los dos corrales de la casa, el primero tenía una cabida de media fanega de cebada y el segundo de una, estando los dos provistos de su cerca de piedra y tapia (6).

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Primera parte del estudio histórico titulado «Espacios económicos de Ossa de Montiel en la Edad Moderna» de Concepción Moya García y Carlos Fernández-Pacheco Sánchez-Gil, publicado en la revista La Ruta nº 43 de la Asociación de Amigos del Campo de Montiel.


Imagen de portada. Ayuntamiento de Ossa de Montiel, Biblioteca Digital de Castilla La Mancha, Fondo fotográfico Escobar, Signatura: 01400-000136-018, 1928.
(1) AHN, OOMM, Santiago, libro 1080C, visita de 1526, p. 997.
(2) AHN, OOMM, Santiago, libro 1082C, visita de 1536, pp. 452-454.
(3) AHN, OOMM, Santiago, libro 1085C, visita de 1550, pp. 1187 y 1188.
(4) AHN, OOMM, Santiago, libro 1464C, visita de 1610, p. 1886.
(5) AHPA, libro 150, Catastro de Ensenada, personal y real, estado eclesiástico, encomienda de la villa.
(6) AHN, OOMM, legajo 4478, documento 17, 1788, bienes de la encomienda en Ossa.