El mortero inacabado de Ruidera es una huella centenaria de la incesante labor cantera que el hombre de las lagunas desarrolló durante siglos en las tierras del Valle del Alto Guadiana y las Lagunas de Ruidera.
Abandonado en la cantera
Se trata de de un bloque de piedra caliza, con una forma cúbica naciente, localizado en las inmediaciones de una de las antiguas canteras que jalonaban las riberas del Alto Guadiana.
El cantero de las lagunas extrajo hace siglos un gran bloque pétreo de las entrañas de la tierra. Después, ayudado por varios compañeros pertrechados con palancas metálicas o largos palos de madera, lo empujó y arrastró hasta su actual ubicación para empezar el proceso de talla y labranza de la piedra.
El objetivo del artesano era obtener un mortero de unos 70 o 75 centímetros de alto, ancho y largo; medidas que, aproximadamente, presenta en la actualidad el bloque.
Comenzó su tarea desbastando la piedra con un puntero y una maza. Sus golpes rítmicos se escucharían a ambas orillas de la Alta Vega, interrumpidos a intervalos para medir el trabajo realizado o compararlo con el de otras caras ya talladas.
Destino: la fábrica de pólvora
La hendidura cónica que presenta la piedra en el centro de su cara superior no deja dudas de que su destino no era otro que ser uno de los morteros de los molinos de la cercana Fábrica de Pólvora de Ruidera.
Su tamaño y composición son similares a los utilizados en la industria armera ruidereña.
Inacabado
El cantero comenzó a tallar la cavidad semiesférica donde el mazo machacaría los componentes de la pólvora. Pocos golpes después el silencio volvió a la cantera.
¿Por qué no acabó su labor y la piedra fue abandonada en la propia cantera?
A la vuelta de los siglos posiblemente nunca lo sepamos con seguridad, aunque un corte profundo en uno de sus laterales bien pudo ser la causa que llevara al artesano a desechar la piedra antes de terminar por completo su labranza.
Y allí se quedó, como dice la canción «viendo pasar el tiempo…»
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