Con esas fuerzas [ver primera parte] fue perseguida la partida del Locho, que desde Villarrubia había marchado por Madara y la sierra de Arenas de San Juan hasta Argamasilla de Alba.
Desde allí los carlistas se dirigieron a Ruidera, donde llegaron a la una del mediodía del día 15, robando una carga en su fábrica de pólvora.
La Loma de los Muertos
En ese punto las tropas liberales los alcanzaron gracias a la labor del vecino de Tomelloso Miguel González, que estuvo sin comer durante 24 horas por seguir a los facciosos, y a la caballería que desde Daimiel marchó durante catorce leguas sin parar hasta alcanzar a los rebeldes.
La batalla tuvo lugar a las cuatro de la tarde del 15 de abril de 1834
Los carlistas se parapetaron en una posición elevada y abrupta, ventajosa para la defensa, pero las fuerzas de caballería liberales lanzaron una primera carga “por peñascos intransitables y en donde nunca han subido caballos, a todo escape” situándose a una distancia de medio tiro de fusil del enemigo. A continuación, se arrojaron sobre ellos encima de un cerro en una segunda carga a su derecha e izquierda, desalojándolos de sus posiciones pese al fuego recibido, huyendo los miembros de la partida y tirando sus armas, mientras que las tropas liberales los perseguían abatiendo a muchos de ellos.
El resultado de la lucha fue de 60 carlistas muertos y 18 prisioneros, capturando gran cantidad de armas y cuatro arrobas de pólvora, al tiempo que liberaban a 9 urbanos de Carrizosa que tenían prisioneros, mientras que otro había sido fusilado por los rebeldes.
La noche de ese mismo día, el alcalde mayor de Manzanares envió un carro cargado de abundantes raciones de pan, queso, vino y cebada, escoltado por cuatro urbanos de la localidad, para abastecer a los soldados del comandante Bessieres (5).
Huida y persecución de la partida carlista
Los restos de la partida, encabezados por su líder salieron huyendo, siendo perseguidos durante legua y media por el capitán Andrés Bonet, acompañado de los alféreces Antonio Lechuga y Félix Cordero, y los urbanos de Manzanares José Izquierdo, Félix Blanco y Felipe Quilez, pero al final consiguieron escapar dirigiéndose hacia San Carlos del Valle. Durante la persecución fue herido un soldado liberal y hecho prisionero por los carlistas el alférez Félix Cordero, el cual fue liberado poco después por el “Locho” en Alhambra, para que intercediese por sus prisioneros.
A las once y cuarto de la noche pasaron por las proximidades de La Solana, saliendo en su persecución el comandante del 5º ligero de caballería Juan López Letona con tres de sus soldados reforzados por varios urbanos de caballería de la localidad, que los persiguieron y hostigaron hasta San Carlos del Valle, consiguiendo capturar a siete miembros rezagados de la partida.
Manuel Adame huyó hasta el valle de Alcudia con 40 de sus hombres a caballo, perseguido y acosado por las tropas liberales. Desde allí se internó en Córdoba, donde fue interceptado la tarde del 19 en la sierra de la Trapera, cerca de Pozoblanco, por una unidad militar al mando del teniente Plasencia, que puso en desbandada a los 28 facciosos que continuaban con él, capturando siete de sus caballos, librándose el “Locho” de ser capturado al poner pie a tierra y esconderse entre la maleza (6).
La persecución de los restos de la partida evitó su reorganización, quedando prácticamente desarticulada, huyendo su líder a Portugal y desde allí a Inglaterra, donde murió exiliado, mientras que sus hombres eran capturados o se unían a las nuevas partidas que estaban surgiendo, como la de los hermanos Vicente y Francisco Rugiero conocida como la banda de los “Palillos” o la de Antonio García de la Parra “Orejita”.
El recuerdo de esta batalla se conserva en la toponimia de Ruidera, pues el cerro donde tuvo lugar el enfrentamiento mantiene en la actualidad el nombre de “Loma de los Muertos”.
Segunda parte del estudio histórico titulado «La derrota de la partida carlista de Manuel Adame “El Locho” en Ruidera» realizado por Concepción Moya García y Carlos Fernández-Pacheco Sánchez-Gil.
Imagen de Portada. La derrota del Locho en Ruidera, Panorama español. Crónica Contemporánea, tomo II, pag. 117, 1842.
(5) El Tiempo, 18 de abril de 1834, La Revista Española, 21 y 23 de abril de 1834, Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, 22 de abril de 1834, El Vapor, 26 de abril de 1834, Diario Balear, 30 de abril de 1834.
(6) El Tiempo, 19 de abril de 1834, Gaceta de Madrid, 24 de abril de 1834, Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, 24 de abril de 1834, La Revista Española, 24 y 25 de abril de 1834, El Vapor, 29 de abril de 1834, Diario Balear, 19 de mayo de 1834.
29/01/2020 a las 9:41 am
Excepcional trabajo de investigación histórica que nos acerca a uno de los episodios más relevantes de las Guerras Carlistas en La Mancha.
27/01/2020 a las 7:10 pm
Me ha gustado saber que en mi lugar de nacimiento tuvo lugar una parte de esta historia («…la partida del Locho, que desde Villarrubia había marchado por Madara y la sierra de Arenas de San Juan…»). ¡Enhorabuena, Concha!
29/01/2020 a las 9:40 am
Julio, los areneros siempre metidos en todos los líos….