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De Roma a la conquista musulmana
La mayoría de los restos romanos dispersos en la cuenca del Alto Guadiana, exteriorizan signos que denotan violentas invasiones o aniquilamiento de enclaves de aquella época. Contiendas que serían más achacables a hordas moras que a visigodas, ya que estas últimas de asentarse en algún punto, (tratándose desde luego, de grupos de escasa entidad) habría sido en los sitios del Sotillo y La Moraleja; hoy inmediaciones del Pantano de Peñarroya, y en el cerro geotestigo de “Los Almorchones”, junto a la laguna “Tinaja”, en el término municipal de Ossa de Montiel. Tal vez en aceptable convivencia con las familias de etnia romana.
Ulteriormente al descalabro y desolación sufridos por las tropas cristianas en la batalla de Alarcos, muchas plazas y territorios del Ager Laminitanus o Campo de Montiel, pasaron al dominio de las huestes moras… Si bien, varios caballeros de la Orden de San Juan, no cejaron y, combatiendo con exiguas milicias, reconquistaron varias de aquellas plazas y tierras perdidas…
Después de la batalla de Alarcos
Tres años después de la dicha batalla de Alarcos, en 1198, el capitán Alonso Pérez de Sanabria, aglutinó un pequeño ejército con toda una amalgama de grupos; con el propósito de recuperar los enclaves que las tropas moras poseían en la cuenca del Alto Guadiana. Aquellas falanges estaban compuestas por individuos del terruño; soldadesca contratada y aguerrida y por Caballeros de las Órdenes religioso-militares de San Juan y de Santiago.
Prestos para emprender el choque, el batallón, con ímpetu y bastante cohesionado, tomó el fuerte de La Moraleja (antiguo emplazamiento de Argamasilla de Alba) y avanzando ribera abajo, reconquistaron El Sotillo y el castillo de Peñarroya; recuperando la imagen de una virgen ( al parecer de origen bizantino) que se hallaba emparedada en obra postiza; sacada a la luz por uno de los moros reducido…
Enredos, envidias y desavenencias mil entre las Órdenes de San Juan y Santiago, por no hallarse especificados sus privilegios y pertenencias, conllevaría a que Alfonso VIII, por medio de una concordia, conciliara a las partes, el año 1212.
A través de un privilegio otorgado en Burgos el 3 de Junio del año 1214, Alfonso IX, concede a la Orden de Santiago los castillos de “ Alhambra, Alcobela, Saliedillo y Argamasilla”. Y un año después, el rey chiquillo Enrique I, dispensa a la Orden de San Juan los castillos de Peñarroya, Santa María, La Roydera y Villacentenos.
La algecira del Guadiana
El geoespolón o pequeña península, que se adentra hasta prácticamente el centro del curso fluvial de la laguna “La Colgada”, límite de las provincias de Ciudad Real y Albacete y mojonera de términos municipales; conocida comúnmente como “La Isla”, en los años sesenta todavía se mantenían en pie vestigios de una construcción antigua, referenciada de forma un tanto ambigua como Algecira, (verde isla o península verde en árabe) pero no como castillo como a veces, popularmente, se apunta.
Dicha Algecira, ( Al—JAZIRA) como tal y no como castillo, también pasó a manos cristianas el año 1216. “quod frates milici Sancti Iacobi de Ucles tenuerant prius per triginta annos et eo amplius Algeziran de guadiana.. “. En las relaciones topográficas consta: “…en medio de la laguna (..) la Colgada hay una fortaleza que llaman el Aljezira , la cual está formada de cal y canto y encima de ella una ciudad que llaman lagos(…) en el término de la Osa…”.( A. Uclés).
Según consta en donaciones reales medievales, la otra Algecira del Alto Guadiana, (nada que ver con el castillo de Rochafrida) estaría situada en el Cerro de los Almorchones, término de Ossa de Montiel y provincia de Albacete; entre las lagunas “ La Tinaja” y “La Sampedra”.
Rochafrida
A principios de la Baja Edad Media, en donaciones y “diplomas” en los que aparece el castillo de Rochafrida con el nombre de San Félix (Sanctum Felicem), la Algecira dicha, independientemente del castillo, es donada a Suero Téllez, de la Orden de Santiago, el 26 de Abril, en el año 1216, probablemente, en la población de Castrojeriz:
«… pro multis et gratis serviciis que vos domnus Suuerius Tellii… dono itaqui et concedo hereditatem illan que est in termino de Alcaraz, que Ossa dicitur quomodo tenditur per vallem ad iusum usque ultra Sanctum Felicen, et usque ad primam algeziram…»
El castillo de San Félix o San Felices, hoy Rochafrida, es un castillo roquero, de estructura y función exclusivamente militares ; con recinto amurallado o albacar, levantado en un mogote de roca caliza llamada dolomía; a 860 metros sobre el nivel del mar. El aspecto más destacable del cerro “testigo”, rodeado por un considerable remansamiento del río Alarconcillo (en otros tiempos laguna) es que, en el mogote, hace milenios se asentaron gentes de la Edad de los Metales.
Rochafrida debió ser reconquistado, a raíz de la toma de Peñarroya, Alhambra y la plaza de Alcaraz, en 1213, por Caballeros de la Orden de Santiago. Por entonces, las fronteras cristianas con el dominio musulmán, sobrepasaban la línea del Guadiana, llegando hasta Sierra Morena. El topónimo Rochafrida dataría del siglo XVI, ya que en el amojonamiento de La Ossa, con el de Montiel, el 1254, entre Don Gutiérrez Suárez ( A. Uclés-C. Soriano) y la Orden de Santiago consta: “…e dende a dar una legua del caftiello de sant felices a todas partes…)».
Roydera
Conforme al ya mentado privilegio del rey niño Enrique I, (no hay manera de dar con ello) a través del cual obsequió a la Orden de San Juan con varios castillos, entre los que se incluía el de “Roydera”, no son pocas las referencias respecto de la existencia de una construcción de análogas características junto a la laguna del Rey; que historiadores y cronistas describieron como un torreón romano, con cimientos de dos varas de ancho, muralla y graderío para bajar al agua…
Posteriores testimonios detallaron que era castillo en tiempos de los musulmanes, habitándose después de la Reconquista. En el apartado correspondiente al Concejo de Alhambra, existe una merced del Maestre Cárdenas (A.H.N) dirigida al alcayde del Castillo de “La Roydera, para que prefiera en la molienda de los vecinos de dicho pueblo…”.
En las Relaciones Histórico Geográficas de la población de Alhambra (17 de Diciembre de 1575), el escribano Juan de Bargas da fe:
«… en el dicho Heredamiento de Ruidera que es de la Hacienda de Su Majestad… (…) hay una casa de Su Majestad en la cual hay una torre antigua medio caída que alinda la dicha casa con una laguna…»
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