El rey Enrique I concedió a la Orden de San Juan en el año 1215 dehesas bien acotadas para sus castillos de Peñarroya, Ruidera del Guadiana, Campo de Santa María y Villacentenos, conocidos como los cuatro castillos del Alto Guadiana.
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Real privilegio de 1215
El privilegio concedido por el monarca en Soria el 17 de junio del año 1215 no es propiamente una donación de territorios ni un amojonamiento, sino la concesión de dehesas de «unam leucam» alrededor de los cuatro castillos.
«De quatro castillos que el rey don Enrrique dio a la Horden: el castillo Peña Arroya e el castillo de la Roidera e el castillo que es en el Campo de Santa Maria e el castillo de Villa Centenos. (…)
Dono itaque vobis et concedo quod illa quatuor castella: Pennaroya, qui iacetur in ripa de Guadiana, et la Roidera de Guadiana, et castellum quod est in Campo de Sancta Maria, et Villa Centenos, que sunt de Hospitali Sancti Johanis, quod habeant singulas defesias, et unaquique defesia habet unam leucam ad illam partem quam fratres Hospitalis elegerunt. Et ego acoto istas defesias de ganato, ita quod de grege ovium que ibi intaverit prendant quinque carneros, et de bustos vaccarum unam vaccam¹.»
De los cuatro castillos del Alto Guadiana sólo se conoce la ubicación exacta de dos de ellos – Villacentenos y Peñarroya – y únicamente éste último ha sobrevivido al paso del tiempo.
Sobre las fortificaciones de Roidera del Guadiana y del campo de Sancta María no existe acuerdo unánime en cuanto a su historia y situación.
Pennaroya
Castillo y santuario mariano de Peñarroya, situado en el término de Argamasilla de Alba, en la margen derecha del Alto Guadiana, junto a la presa del pantano del mismo nombre.
Después de varias restauraciones es el único castillo de los cuatro que ha llegado hasta nuestros días en un estado de conservación aceptable.
Villa Centenos
La Villa Centenilla o de los Centenos, en su juventud, en la Mancha semidesierta del siglo XIII, fue madre del vecino pueblo de Herencia, del que está próxima. De ahí salieron los primeros pobladores acogidos a su Carta Magna.
Tocada por la mano del destino, vino a menos y después de villa fue aldea y más tarde solo una dehesa que Alcázar compartía con Herencia, y contra la que pleiteó durante siglos por las importantes rentas de su bellota, dineros con los que Alcázar cercó la ciudad y le puso puertas, para defenderla de la peste que despobló Villacentenos y asoló la Mancha a mediados del siglo XV. (2)
Hoy en día, en las ruinas de Villacentenos, se conservan visibles aun dos restos importantes de su historia, el batán y la iglesia, hoy convertida en un palomar semiderruido. A pesar del tiempo y del olvido, el gran arco de la antigua iglesia construida, casi con toda seguridad, con las piedras del antiguo castillo de la orden sanjuanista.
Roidera de Guadiana
Corchado la identifica con la antigua aldea de Alhambra, que luego dependió de Argamasilla de Alba. Para Molero podría tratarse de Alameda de Cervera. (3)
Marcial Morales va más allá y concreta que «Uno de ellos, es el de la Roidera de Guadiana, que no puede ser otro sino el que la tradición popular en el siglo XVI asociaba con el castillo de Rochafrida del famoso romance. (…) No puede ser de otra forma, si la fortaleza hospitalaria que nosotros identificamos en el centro de las lagunas de Ruidera, bajo la denominación de Roidera, es la misma que José Matallanes Merchán identifica como castillo de San Felices a mediados del siglo XIII.» (4)
Y yo me pregunto, ¿no podría identificarse la Roidera del Guadiana con aquella construcción cuadrada que Juan de Villanueva dibujó en 1782 a los pies de la laguna de Rey en su plan geográfico del entorno de Ruidera?
Campo de Sancta Maria
El cuarto de los castillos del Alto Guadiana de la donación de 1215 es el del «Campo de Santa María».
Según Hervás «El castillo que custodiaba los caminos romanos fué utiizado por los musulmanes y después por los cristianos, a cuyo abrigo se agruparon sus pobladores en los primeros años de nuestra Reconquista, formando una aldea, la cual por escoger por su patrona y protectora a la Virgen María y hallarse situada a la orilla del Guadiana se nombró Santa María de Guadiana. Su término fue dividido entre las Ordenes de Santiago y San Juan en 1225, quedando el pueblo en el territorio de esta última. Se despobló en el siglo XV, en cuanto que, en el siguiente se conocía por Cortijo de Santa María, pero quedaron la ermita y castillo.» (5)
En las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1578, refiriéndose a Argamasilla de Alba se cita que «en el término de la dicha villa a dos leguas de ella está un castillo que se dice la fortaleza de Peña Roya (…) y que a una legua desta villa está un paredazo antiguo que dicen el Cortijo que se dice era un castillo de los siete de Rochafrida que está en la ribera del dicho río Guadiana fundado de piedra y cal hasta un estado encima la tierra y lo demás de tapias de tierra encaladas de seis pies de grueso y de cinco tapias en alto sobre el cimiento y por la parte baja tiene número de sasteras en rededor.»
Más adelante, en la respuesta 36, «se dice que el Castillo de Peñaroya es edificio señalado que es muy antiguo y el Cortijo que se dice ahora que dicen era uno de los castillos de Rocha Frida que también se tienen por antiguo, aunque no hay en él sino un paredazo de presente y en este pueblo hay billares en alguna parte donde ahora está fundado y se han hallado algunas basas de piedra franca y cimientos de cal y canto y unos enterramientos de piedra sin letrero.» (6)
No son pocos los restos arqueológicos recogidos en las riberas del Alto Guadiana. Pascual Beño refiriendose a los hallazgos arqueológicos encontrados en el paraje conocido como Santa María en Argamasilla de Alba dice:
«En el kilómetro ocho de la carretera Argamasilla de Alba – Ruidera, precisamente donde existió hasta hace poco la casa de peón caminero conocida por casilla del Ocho, han aparecido unos restos de indudable valor arqueológico:
Cerca la vega del Guadiana (…) se descubrió, a metro y medio de profundidad, un fuste de columna decorado (…) Junto a la parte de columna se hallaron también dos interesantes trozos de friso y algunos restos de construcción. (…) El fuste encontrado en Santa María corresponde a una iglesia paleo-cristiana del siglo V ó VI (7).»
El propio autor opina que «no es aventurado suponer tampoco, después de este hallazgo, que ratifica la tesis de muchos historiadores de que en Santa María hubo una iglesia dedicada a la Santísima Virgen (…)
Pero los hallazgos de Santa María no se limitan a la iglesia paleo-cristiana. En el espacio de unos quinientos metros cuadrados, separados por la actual carretera, se han venido encontrando en el transcurso del tiempo por los naturales de estos parajes cosas antiguas, incluso monedas romanas. (…)
Todos estos restos de población no pueden, de ninguna forma, pertenecer al pueblo que , a principios del siglo XVI, fue trasladado a este lugar desde la Moraleja (7).»
Imagen de portada. Torre de la iglesia castillo de Villacentenos.
(1) AYALA, C. Libro de privilegios de la Orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León. nº 215.
(2) FERNANDEZ CABALLERO, C. Villacentenos, la menospreciada madre de un pueblo.
(3) SANCHEZ, J. Organización social del espacio en los territorios de órdenes militares del reino de Toledo. 2004.
(4) MORALES, M. La Orden de San Juan de Jerusalén. Los Prioratos de San Juan en la Mancha (siglos XVI y XVII).
(5) HERVAS, I. Diccionario histórico geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real, 1914.
(6) VIÑAS, C; PAZ, R. Relaciones Topográficas de Felipe II. Respuestas 33 y 36 de Argamasilla de Alba. 1971.
(7) BEÑO, P. Hallazgos arqueológicos en el paraje conocido por Santa María, de Argamasilla de Alba. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha.
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